martes, 4 de febrero de 2020

GIACOMO LEOPARDI





Canto XXVII. A sí mismo



Ya posarás por siempre,
cansado corazón. Murió el postrer engaño,
que eterno yo creí. Murió. Bien siento,
en nos de engaños caros,
no la esperanza, aun el deseo ha muerto.
Posa por siempre. Asaz
palpitaste. No paga cosa alguna
tus latidos, ni es digna de suspiros
la tierra. Amargo y tedio
la vida, nada más; y es fango el mundo.
Te aquieta ya. Despera
la última vez. A nuestra especie el hado
no dio más que el morir. Ahora desprecia
a ti, natura, el feo
poder que, oculto, en común daño impera,
y la infinita vanidad del todo.


No hay comentarios:

Publicar un comentario