Los seres periféricos
No los habituales,
tus prójimos frecuentes,
madre,
mujer,
vecinos,
hijo,
sino los otros,
los de un instante apenas,
fortuitos, esporádicos mozos de café,
cajeros, seres
de una vez al mes
de un día al mes,
brotando dócilmente del olvido,
sin emoción, puntuales,
sosteniéndose un minuto,
dos,
ante tus ojos,
canjeándote cheques por recibos,
quesos por monedas,
plazos, fechas,
bastándose con monosílabos, partiendo, perdiendo
tu figura, anulándola;
diligentes protagonistas del ciclo, de lo cíclico,
prácticos,
yéndose, dejándote,
ellos a ti,
tú a ellos,
para seguir,
siguiendo,
prosiguiendo.
No los habituales,
tus prójimos frecuentes,
madre,
mujer,
vecinos,
hijo,
sino los otros,
los de un instante apenas,
fortuitos, esporádicos mozos de café,
cajeros, seres
de una vez al mes
de un día al mes,
brotando dócilmente del olvido,
sin emoción, puntuales,
sosteniéndose un minuto,
dos,
ante tus ojos,
canjeándote cheques por recibos,
quesos por monedas,
plazos, fechas,
bastándose con monosílabos, partiendo, perdiendo
tu figura, anulándola;
diligentes protagonistas del ciclo, de lo cíclico,
prácticos,
yéndose, dejándote,
ellos a ti,
tú a ellos,
para seguir,
siguiendo,
prosiguiendo.
De:
“Zonas e indagaciones”
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