La
hora de la muerte
Oscuro es en otoño el
color del cielo.
Una luz en los ojos
de un caballo negro;
el agua es seca, se
marchitan los lirios,
El corazón se vacía.
Sin dioses y sin
ayuda.
Junto a su ventana
una mujer ha muerto.
El blanco cielo era
invisible.
El blanco viento era
frío.
Cuando frente a la
ventana lavó sus cabellos
Su brazo era como una
rama, y suave
Se desvanecía el sol
matutino.
Y gota a gota
descendía el sonido del agua.
Ningún ruido en las
calles.
Se confundían las
voces de los niños.
Más, dime, ¿qué
sucederá con su alma?
¿Adelgazará hasta
tornarse nada?
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