martes, 21 de abril de 2020

CHUYA NAKAHARA





La hora de la muerte



Oscuro es en otoño el color del cielo.
Una luz en los ojos de un caballo negro;
el agua es seca, se marchitan los lirios,
El corazón se vacía.
Sin dioses y sin ayuda.
Junto a su ventana una mujer ha muerto.
El blanco cielo era invisible.
El blanco viento era frío.
Cuando frente a la ventana lavó sus cabellos
Su brazo era como una rama, y suave
Se desvanecía el sol matutino.
Y gota a gota descendía el sonido del agua.
Ningún ruido en las calles.
Se confundían las voces de los niños.
Más, dime, ¿qué sucederá con su alma?
¿Adelgazará hasta tornarse nada?



No hay comentarios:

Publicar un comentario