martes, 19 de mayo de 2020

FANOR TELLEZ






En la calle



El pueblo llano ante la muerte,
los heridos y los secuestros
-cuando la protesta se deslizó
hacia una turbulencia de antimotines
y sicarios-
no respondió al estilo bruto.

Abordó lo difícil como si fuera fácil,
cambió odio por vida
y sin saber de teoría se la supo toda,
natural, nacida, directa del corazón fraterno.
Y con mansedumbre firme
y valentía sin tregua,
donde la dictadura es sañuda
emprendió el apacible gusto
de la compasión
y la libre y armónica
policromía de la democracia.

Aquí en la calle, cada pequeño
percibe su grandeza.
No quiere el primer lugar
ni habla como el que oprime.
Por eso las gentes armadas
no podrán vencer
a los sencillos, que van
abajo, frágiles y de últimos.
Ningún violento podrá combatirlos
pues los pacíficos no pelean
y por ello jamás son derrotados.

El furor del agresor es su revés.
Los más pequeños serán alabados con alegría.



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