martes, 16 de junio de 2020

AL-KHANSA




Su hermano Sakhr



Ningún día ha sido tan triste como el día que Sakhr
me dejó. Dulce y amargo para siempre.
Sakhr era nuestro señor, nuestro jefe.
En el invierno Sakhr hizo una fiesta
y nos llevó.
Sakhr murió cuando teníamos hambre.
Sakhr fue nuestro guía
como una montaña cuya cima es el fuego.
Firme, cara perfecta, piadoso,
encendió la guerra en la mañana del miedo.
Él llevó banderas, salvó nuestra sangre, fue
testigo de asambleas, creó un ejército de los ejércitos,
sacrificador de camellos, un refugio para los oprimidos,
liberador de los presos, componedor de huesos.
Yo digo que no había nadie como él en el mundo.



No hay comentarios:

Publicar un comentario