domingo, 16 de agosto de 2020

ALTAÍR TEJEDA DE TAMEZ




La espera inútil



Abajo… la ciudad.
Arriba… el cielo.
Aquí, la abdicación de mi esperanza.
Cada estrella es un eco
de la voz misteriosa que me llama.
Cada soplo de brisa
es un beso en mi espalda.
Quiero decir tu nombre, pero tengo
un collar de silencio en la garganta.
Quiero mirar tu imagen
pero la ausencia extiende su pañuelo
y me venda la cara.
Quiero oír tu suspiro
negando la crueldad de la distancia
mas todo en vano…

Viajo en barca ligera, es de mañana;
quieta la mar y limpio el pensamiento.
Llena de ensueño el alma y sin insana
pasión, y libre el pensamiento.

Aprieta el sol su puño. La lejana
playa borrosa está… Un lamento
se escucha… Avanza la mañana
y el medio día me quema con su aliento.

No vislumbro aun la tarde. Sé que existe
y a veces, en mi sueño, la presiento:
la faz serena y la mirada triste.

Mí corazón se angustia. Y mientras llega
esa tarde que no lejana siento
rauda mi barca sin cesar navega.


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