La sal de las hienas
Así
es la muerte
nosotros no creíamos en ella
y ahora habitamos
los dormitorios de los huesos
regamos la hierba
el cabello de las mujeres
que amamos y de ese padre
que no tuvimos
Porque tuvimos la noche
la sal de las hienas
el amor silencioso de los árboles
esa miel que los dioses despreciaron
y que los niños esculpieron
olvidando sus propios nombres
Montañas de arena y cabellos
cúmulo de escombros y de olvido
moles de piedra y caña
el licor de las estrellas sin nombre
el lenguaje de la sordidez y del amor
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