Nada más que
¿Qué
voz nueva, inesperada,
dirá lo que aún no me dije,
y está en mí, sin mí, diciendo
lo que, al callarse, desdice?
¿Por
qué inmolarse en palabra
muda, y émula de altura,
que cuando enmudece niega
lo antedicho sólo al cielo?
¿Hay
que cavar en el aire
hasta el silencio primero,
hasta llegar a la luz
que tuvo el mundo en su estreno?
¿Y
hay que volver a callar
lo que nunca fuera dicho,
para que muera en su ser
la muerte de otra manera?
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