miércoles, 14 de octubre de 2020

DELIA QUIÑÓNEZ


 

 

Misiva de Dafne

 

 


Querido:

Ancho es el bosque

               donde tu paso apresura distancias

                              y hondo es el asedio de tu canto.

Vienes de la luz

               y sin embargo

               te detienes en mi puerta;

multiplicas el eco

               y anhelas mi palabra,

antecedes al sol

               y buscas mi penumbra

adivinas los sueños

               y esperas mis respuestas

vienes del triunfo

               y anhelas mis batallas.

Pero yo, querido,

no quiero estandartes de gloria

ni escudos que relaten la odisea

          de haberte negado

          el cálido refugio de mi pecho:

               quiero tan sólo

               – ¡vanidad de vanidades! –

                              dormirme en mis laureles!

 

 

Dafne

Ninfa hija del dios fluvial Peneo, fue acosada por Apolo. Para librarla de éste, Gea, diosa de la tierra, la hizo desaparecer y en ese lugar brotó un árbol de laurel.

 

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