jueves, 24 de diciembre de 2020

JÚLIA DE CARVALHO HANSEN

 


 

 

Mi vida fue a parar a otra galaxia
y escribo para rescatarla.
Pero entre yo y la vida
había quien creyera
que las cosas que piensa
piensa por si mismo.

Sería un obstáculo.
No dijera yo que nadie piensa
por sí mismo
no tenía que hacerme explicar
con mis pantalones rojos
mi abrigo monocromado
R. de resentimiento
picando mi lengua.

Es la explicación el origen
del hoyo negro
en que estamos.
En el hoyo negro
se deslizan las paredes
si las intentamos agarrar
cuando llegamos a eso
que no hay.

¿Cómo llegamos allá?
Al morir. Tú mueres
y tu materia
se queda en la tierra, ¿cierto?

O se disipa en el fuego
la materia de tu cuerpo.
Aquello en ti que te anima
el perro de tu respiración
la daga que son tus ojos
tus cabellos, tus cuervos
aquello que muerde tu dentadura
y vibra fibra músculo en fin
tu alma por igual
y todo aquello que es invisible en ti
es tragado (invisiblemente)
por el hoyo negro.
Las caries, los pergaminos egipcios
Las cucharas que doblaste abriendo latas
no. Eso se marchita en la tierra.
Siete palmos.

 

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario