Hermanos
Hablamos
de lo que heredamos:
yo
digo que tengo la voz atronadora de papá,
nunca
llego a ser invisible. Digo
que
su cuerpo redondeado refleja el mío,
hace
que sea difícil saltar
del
suelo a un caballo.
Nunca
tuvimos un buen centro
de
gravedad.
Vos
decís que te drenás
por
llamar la atención como él, necesitás
saber
que sos amado
cada
minuto. Si no: furia.
Decís
que tus brazos son los suyos,
rosados
y con marcas de agujas, demasiado débiles
como
para levantar tu cuerpo atrofiado.
Cuando
hablo con vos, hablo con él.
Cuando
me hablás, le hablás a él.
Cuando
nos hablamos, él viene
a
mover nuestras bocas hasta que
apenas
ya ni nos oímos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario