31
días
Han
pasado 31 días
y ya
no puedo llamarte “puta”
porque
mi corazón está cansado de maldecirte
y
ahora
se
me ha hecho un ancla con tus recuerdos
y la
mayoría de ellos
han sido felices.
Por
eso, inevitablemente
estás
ahora en cada oración de la mañana
en
cada mujer que me saluda
en
cada capítulo de la serie que vivimos
en
cada vereda que caminaste
en
cada buena noticia
de la que jamás te vas a enterar.
Ahora
brindo sobre tu lápida de acero, mujer
por
cada recuerdo que quedó sellado con un beso
por
las cuentas que jamás saldaste
por
el hijo que jamás tuvimos
por
el futuro que iba a ser
y no fue.
Han
pasado 31 días
y ya
no puedo llamarte “puta”
la furia
se me ha escurrido en llanto
y
ahora
tengo
una sensación de lástima por ti
un
poco de pena
un
tanto de ternura
y un
sentimiento de agradecimiento eterno
por
todas las cosas que aprendí de ti.
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