Libra
El
lirio que crece en el valle
y la traslúcida amatista con su vívida escala
te inclinan a la justicia.
La frágil balanza
la verdad con el alma equilibra
y la belleza encuentra su medida.
Afrodita, la sacerdotisa del amor,
rige tus actos
como si sólo a ti concediera
la estética expresión de su hermosura.
Eres diferente como el aire de la tierra,
ajeno a lo que no es sublime,
no desequilibras la eterna simetría.
La contemplación de la belleza
cimbra las honduras de tu alma.
El idealismo te lleva a los más altos planos
de la emoción amorosa,
dichoso el elegido para ser amado por ti.
La lámpara votiva del amor nunca se extinguirá,
un ardiente corazón
la
mantendrá encendida.
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