Autorretrato
Mi
alma es como mi estilo, doloroso y burlesco;
mi carne arde en las llamas del pecado mortal.
La gente no ve en mí más que lo pintoresco;
sólo yo sé mis hondas angustias de ideal.
Lo
que yo quise ser lo ha malogrado en flor
esta tragicomedia de mi vida irrisoria.
¡Mi boca amaba el fuego de las rosas de amor
y mi frente los áureos penachos de la gloria!
Eran
mis veinte años mi caudal de ilusión,
que gasté en un divino derroche de emoción;
ya ha envejecido el alma, y es en mi vida incierta
«La
musa del arroyo» mi blasón de poesía,
y aguardo entre las brumas de mi melancolía
que llame el Caballero de la Muerte a mi puerta.
No hay comentarios:
Publicar un comentario