Rājašekhara
Ya
no dejan sus crenchas en desorden,
buscan cómo amarrarse los cabellos;
se empiezan a preocupar por sus dientes y anudan sus faldas,
se ajustan a la práctica amorosa con las cejas;
se vuelve indirecto el movimiento de sus ojos:
se llenan de ambigüedad sus palabras,
a cada instante hay progresos en coquetería,
mientras la infancia se desliza hacia la juventud.
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