domingo, 11 de abril de 2021

VASKO POPA

 

 


 

La puerta

 


¿Por qué abrir la puerta?

 

Hay que buscar tanto tiempo para encontrarla. A veces está
en una pared, a veces en el techo, a veces debajo del mismo cabezal.

 

Y es tan difícil abrirla. Te rompes las uñas sólo para entreabrirla
y no te puedes detener en el umbral más de un instante: se te
nubla la mirada, te precipitarías al abismo.

 

¿Por qué abrir esa puerta que no lleva a ninguna parte? Abres
sus hojas y ante ti se descubre la oscuridad, la hueca oscuridad. Si
por lo menos condujera a otro cuarto, a un jardín o un balcón con
hermosa vista.

 

Sin embargo, hay que abrirla. A cualquier precio hay que abrir
esa puerta.
Para que haya aire.

 


 

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