G.
Berkeley,
Tratado sobre los principios del conocimiento humano,
Primera parte, párrafos 30, 31, 32
La
experiencia nos enseña que toda idea
es acompañada de un concepto
en el curso ordinario de las cosas
y, por lo tanto, la capacidad de prever
regula nuestras acciones
de acuerdo a las necesidades de la vida.
De otra manera sería la duda,
no sabríamos nada acerca de la manera
que damos o quitamos
dolor a los sentidos.
Y cada medio conduce
a su propio resultado
según las leyes establecidas por la naturaleza.
Y, sin eso, seríamos incertidumbre y confusión,
un adulto no podría vivir
mejor que un niño recién nacido.
Sin embargo este mecanismo uniforme
que indica la sabiduría del espíritu
no conduce hacia ella nuestra mente
que vaga en busca de otras razones.
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