domingo, 22 de agosto de 2021

LILA CALDERÓN

 

  

 

Zapatos y baldosas

 


Geometría sagrada en el espejo
de esta baldosa que me absorbe
mientras desata su baile y amanece
con millares de pasos superpuestos.
Zapatos fosilizados
zapatillas de punta, con tacones o correas
con desnudas plantas y raíces húmedas
abrazando la cerámica.
Una con otra van hablando.
Suman, atrapan, esconden.
No es casual, algo anuncia la estructura.
Secretean, ríen, agitan el labrado
de las intuiciones
con el ADN del universo en el corazón.
Una estrella resucita en las baldosas
de Babilonia, Valencia, Sevilla
Lisboa o América colonial
de un punto a otro del tiempo.
Mil zapatos diferentes prueban calzar otro pie
en pasos ajenos que bailaron
las historias más antiguas
y en su ritual profético
creyeron vernos. Y no vernos
pero el asombro desbordó
el especular latido viviendo a la sombra.
Porque una existencia sabe
de otra existencia en cada extremo del ángulo.
Y una baldosa no es el desierto.
Es una planicie habitable, sin límites.
Ningún diseño es azaroso. Ascienden, descienden
se encogen y ocultan sus motivos finales.
Como una palabra sola que se une a otra
con alguna intención más o menos memorable
y que esquiva en la elipsis su sentido.
Matriz que juega sobre el mosaico
y confundida vuelve y se repite
intentando parecer un decorado
cerámica muda, sabia que deja pasar la vida
velando el vértigo de sus huellas
ocultas por el cuero curtido
de otra piel sobre la piel
o la seda bordada de un botín que juega
a atravesar el tiempo del universo peatonal.

 

De: “Telas y Entretelas”

 

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