Marinero
Desde
que mi madre me tomaba en sus
brazos se entreveía.
Crecí
admirando el mar abierto,
la marea de todos los días pasando frente a mi
las olas llamativas de todos tamaños.
Y me
preparé para ser un marino;
hasta el día de hoy, me dispongo
con
mi uniforme de cielo y sol
y mis ojos que escrudiñan los astros mirándome
listo
a abordar el barco vivo
a navegar
a
sucumbir
entre el oleaje inevitable
y la
espumosa blancura de tus pechos.
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