lunes, 18 de octubre de 2021

JAIME OBISPO


 

Aterrizaje profundo

 

Cuando uno es el bufón que ríe
Como ríen las onomatopeyas
y todas esas manifestaciones que la pragmática
estipula como estúpidas acciones del ser humano
Dignas de la piedad más articulada
Llenas de pintura y calamares abandonados
Y uno está
Como tocando el piano en los pezones de la diosa

Hasta que un día
cuajado
como una espesa depresión llena de acantilados mares atardeceres púrpuras
calles soleadas, sombras, avenidas sintagmáticas y partituras de gaitas
Un día
Cuando uno está
Tranquilamente
esperando que un evento afortunadísimo suceda
Como una lluvia de eucaliptos y otras maravillas triple equis
Así como quien espera todas las profundidades más rosavioláceas
Así pues
Como tendido sin piedad ni misericordia hacia el género más carnudo
El más oblongo
El más mordible universo

Cuando uno tiene las ganas de aventarse del acantilado más gigante
Y elevarse de la estratosfera
de la galaxia elevarse del rincón más alejado de allá donde están los animales de Dios retozando
nos elevamos
y desde allá vamos bajando
imaginando
que caemos
en la negrura honda de las lomitas.

 


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