Sin
demora
No
digas ni una palabra. El silencio es plenitud en el espacio.
Vagabundo
sin destino, arribaré a tu mundo
y
nada habrá que demore el tiempo exacto de la dicha.
Afuera,
todo tiene su tono y su sabor precisos
de
fruta seca y tarde taciturna,
Pero
tú y yo habremos de inaugurar
un
mundo a la medida de la dicha y el asombro.
Nadie
sabe cómo es el tono exacto de los días
ni
sabe cómo enfrentar el viento de los años.
Sólo
tú y yo sabemos cómo construir la historia,
la
plenitud, el tiempo eterno, entre nosotros.
Cuando
caiga la tarde alumbraremos la casa,
dejaremos
abiertas las ventanas
para
que el viento corra sin demora
y
arribe el canto inmemorial que es santo y seña.
Estarás
desnuda y anhelante, a la espera,
para
que yo recorra tu piel, tu historia,
tus
precisos recuerdos de la vida
y
habremos de inaugurar otra piel para la dicha, sin demora.
De:
“Tu piel en la memoria”
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