Atrio
con grafiti para entrar a este libro titulado
matar poetas
Matamos
poetas.
De
pronto, esta pintada.
Y debajo, los dígitos de un teléfono móvil de contacto.
En rojo sangre sobre cemento gris, las letras del grafiti
cubren la sucia tapia que cierra un callejón urbano sin salida.
Tomas nota del número
y cuidadosamente revisas para corroborar que no haya error.
Cuando
desorientado en esa ciudad desconocida
la encontraste:
Matamos poetas
o con más exactitud
te asaltó, venías de rendir público homenaje a san Juan de la Cruz.
Marcas.
Llamas.
De:
“Matar poetas”
No hay comentarios:
Publicar un comentario