lunes, 8 de noviembre de 2021

MARK STRAND

 

 

XXXI

 

Estamos aquí en Labrador. Siempre
he deseado estar aquí, especialmente contigo,
en esta cabaña donde relumbra fuego. Tú

llevas un traje Calvin Klein y yo
la chaqueta de terciopelo que heredé de mi padre.
Eso es todo. ¿Por qué? Porque estoy feliz. Y atento

al primer signo tuyo que nos lleve a la cama.
Esos momentos de frívola anticipación
son los más felices de mi vida. Y me pregunto si acaso

no somos parte de alguna predicción sobre
lo bueno que puede ser el mundo sin nosotros,
en este frígido paisaje, libres de la necesidad

de comprar, estamos donde el mundo se dirige.
O tal vez formamos parte de un registro de lo que
ya ocurrió, y somos un signo de las profundidades

donde se hundió el mundo. Tu costoso traje,
mi envejecida chaqueta, esta cabaña sin cañerías
dentro, sin horno decente, sin estéreo ni TV.



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