Otra
endecha de Lord Pierrot
¡La
que debe ponerme al tanto de la Mujer!
Primero le diremos, con mi aire menos frío:
“La suma de los ángulos de un triángulo, alma mía,
“Es igual a dos rectos.”
Y si
le sale el grito: “¡Dios de Dios! ¡cómo te amo!
—”Dios va a reconocer a los suyos.” O picada en lo más vivo:
—”Mis teclas tienen corazón, serás mi único tema.”
Yo: “Todo es relativo.”
Y
con sus ojos todos, ¡vamos! sintiéndose de más banal:
“¡Ah! tú no me amas; tantos otros tienen celos!”
Yo, con una mirada que se embala al Inconsciente:
“Gracias, no está mal; ¿y usted?”
—”¡Juguemos
al más fiel!” —”¡Para qué, Naturaleza!”
“¡A que el que pierde gana!” Vamos, otra canción:
—”¡Ah! tú vas a cansarte primero, estoy segura…”
—”Después de usted, por favor.”
Si,
en fin, por una noche, ella muere en mis libros,
Dulce; fingiendo no creerles ya a mis ojos,
Tendré un: “Ah bien, pero, ¡teníamos De Qué vivir!”
“¿Entonces era en serio?”
No hay comentarios:
Publicar un comentario