Ser y estar
Miro
por la ventana, su perversa presencia
está y no está, viene y se va.
Un involuntario eructo cervecero instala
su destilado sabor prostibulario y la nieve
está y no está.
Trivial, la belleza, polución nocturna, acaba
jugando a las escondidas con el deseo y la nieve
está y no está.
La
ternura absoluta contra este no saber,
la pornográfica instantánea mano
que me confirme vivo en esta hora
vacunamente melancólica,
la iluminada mejilla de María quiero;
la
nieve
está y no está, viene y se va,
desde el inicio de todos los tiempos
está y no está, la nieve,
está y no está, viene y se va.
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