Solía pensar
Solía
pensar
que
la mente era esencial en el cuerpo, justo
como
el cuerpo era esencial para la mente:
dos
cosas inseparables, idénticas en naturaleza
y
similares, y hechas dos mitades
de
la escala total de la creación: no es así.
Desiguales
y horrendas llegan como estacas
mal
dispuestas por el soso lodo: montón de pino,
tabla
de palo de rosa: cada uno destrozado
por
golpes y fricciones, o en mortal sufrimiento
enterrándose
las espinas del otro: hasta que,
al
fin, sin forma ni fondo son separados
hacia
donde el húmedo azul de la putrefacción
fue
vomitado, asustado, del mar.
Versión de Sergio Eduardo Cruz
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