viernes, 25 de noviembre de 2022

JULIA VAN SEVEREN

  

 

El ángelus



La tarde se deshace en nevada de rosas,
una tibia nevada de coloridos vagos
que, sobre las palmeras, las torres, los tejados,
deja copos de oro y alas de mariposas.

¡Qué delicia de tarde! ¡Cómo llena de rosas
mis cabellos, mis labios, mis hombros y mis sienes!
¡Maravilla de luces! ¡Maravilla de flores!
Rosas, rosas, más rosas… ¿Qué hago con tantas rosas?

¿Sabes tú, dulce amiga, de dónde es esta flora
que canta en la montaña, que ríe en las praderas,
y… milagrosa y riente como las primaveras,
trae luces y rosas y el paisaje decora?

Oye… a lo lejos vierte sus lloros la campana
que, al venir ralentando, se ha tornado en canciones…
¿No estás oyendo, amiga, las suaves oraciones
que nos traen las brisas de la ermita lejana?

 

 

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