viernes, 27 de octubre de 2023

JUANA GOERGEN

 


 

El banquete

 


Desde el principio, la yuca, desde el origen en Amauyama.

Vivir era el oficio de irle descubriendo entre lo cotidiano

y adentrarse en la pura geometría de su jugo dulce o venenoso −yare o naiboa−

y adentrarse en las delicias del casabe jau-jau, pan fino.

 

En ella lo transparente se vuelve inevitable, cobra colores, formas

se viste abiertamente hacia otras realidades, a probables futuros de la forma y el tacto.

 

Cuando en la guerra quemaron al Zemí Baibrama, dicen que después, lavándolo con el jugo dulce de la yuca, le crecieron los brazos y las piernas y le nacieron de nuevo los ojos y le creció otra vez el cuerpo.

 

Por eso en el banquete me lanzó a la aventura.

−Nitayna yo− me despliego sin prisa a una suerte voraz ante sus formas,

y las engullo siempre con los ojos cerrados y corazón de yuca, abierto.

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario