Darkonia
La
bestialidad de la máquina mastica tronos
traduce
la voracidad con la embestida
la
fuerza tragada por el demente vórtice
diamantino
agónico espacio de vaciar las sienes
con
la armadura gloriosa ampliando el Caos
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el cielo
con
cada rostro en espuma o fuego relinchando
contra
los quebraderos
y las piernas rodando
con
el clamor de las aspas
que
enhebran los sexos de los escombros prístinos
en
la fuga acudiendo a mi entrada
desflorando
el glande
que
aparezca en lo mío
con
sus piernas doradas levantadas
y me muestra su sexo como droga recién
cortada
con
sonrisa insomne
y
una rosa roja en el pelo negro ensortijado
reverdezco
para decir el salmo
desde
su silencio antiguo
la Darkonia, desnuda sobre la cama,
la
esfinge del maquinal misterio
el
delirio que se hace piedra por piedad de la luz
me
esperabas
pero
tú nombras el fuego sediento de tus manos
deleitándose
en el ritmo pausado de las violetas
apaciguado
por la curva que deletrean las estrellas del vientre
cueva dormida en su
jaula de gema
sagrada de alabanza
infatigable arqueando
la desnudez de los desiertos.
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