Como árboles
Quién
hubiera dicho
que
estos poemas de otros
iban
a ser
míos
después
de todo hay hombres que no fui
y
sin embargo quise ser
si
no por una vida al menos por un rato
o
por un parpadeo
en
cambio hay hombres que fui
y ya
no soy ni puedo ser
y
esto no siempre es un avance
a veces es una tristeza
hay
deseos profundos y nonatos
que
prolongué como coordenadas
hay
fantasías que me prometi
y
desgraciadamente no he cumplido
y
otras que me cumplí sin prometérmelas
hay
rostros de verdad
que
alumbraron mis fábulas
rostros
que no vi más pero siguieron
vigilándome
desde
la letra en que los puse
hay
fantasmas de carne otros de hueso
también
hay los de lumbre y corazón
o
sea cuerpos en pena almas en júbilo
que
vi o toqué o simplemente puse
a
secar
a
vivir
a
gozar
a
morirse
pero
además está lo que advertí de lejos
yo
también escuché una paloma
que
era de otros diluvios
yo también
destrocé un paraíso
que
era de otras infancias
yo
también gemí un sueño
que
era de otros amores
asi
pues
desde
este misterioso confín de la existencia
los
otros me ampararon como árboles
con
nidos o sin nidos
poco
importa
no
me dieron envidia sino frutos
esos
otros están
aquí
sus
poemas
son
mentiras de a puño
son
verdades piadosas
están
aqui
rodeándome
juzgandome
con
las pobres palabras que les di
hombres
que miran tierra y cielo
a
través de la niebla
o
sin sus anteojos
también
a mí me miran
con
la pobre mirada que les di
son
otros que están fuera de mi reino
claro
pero
además
estoy
en ellos
a
veces tienen lo que nunca tuve
a
veces aman lo que quise amar
a
veces odian lo que estoy odiando
de
pronto me parecen lejanos
tan
remotos
que
me dan vértigo y melancolía
y
los veo minados por un duelo sin llanto
y
otras veces en cambio
los
presiento tan cerca
que
miro por sus ojos
y
toco por sus manos
y
cuando odian me alegro de su rencor
y
cuando aman me arrimo a su alegría
quién
hubiera dicho
que
estos poemas míos
iban
a ser
de
otros.
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