Trasandina
a
Marylena Omaña
Abuela Gregoria memorial
montaña lleva como arteria Gregoria cafetal baña caseríos los ríos de tigres
dale una madre al translenguado hazle una tarde risueña de visitas una espuela
pela con él la mandarina Gregoria la historia escoria patria noria Gregoria
kilómetro de la trasandina adentro alborada origen gentío germinal de nuestra
abuela Gregoria gregaria doña Goya oye los gallos las gallinas abuela Gregoria
tus hijas descalzas como la pepa de un mango de un zapote chorreado en la
tierra nacerás Gregoria en las cayenas que comía mi tortuga animal interior de
lagunas laberínticas raíces rayas cáscaras entre El Vigía y Zea cálidas las
púas las vacas trastabilladas las piedras que hablan que murmuran abuela
Gregoria tu bata de puntos azules boca tejida de pan mojado en peltre la fábula
de los comedores vacíos Gregoria el humo del tabaco entre las plataneras
lamidas por la lluvia trapezoidal del trópico venezuelano la cordillera
levantándose en tu iris una lagartija una migaja que nos dieron abuela que nos plantaron
en la lengua de 1920 de 1935 de 1958 de 1993 de 1999 de 2013 de 2015 de 2019
números efluvios por la vía los vendedores de café de lagañas los Omañas y
Duques los cuatreros silenciados por la verba ficcional de la nación Gregoria
orla sin olas que bracean los patios partidos misericordia con los idos con los
alacranes hoscos los bachacos que cargan sus míticas canoas en espaldares
abanderados de nadie abuela de nunca Gregoria la abertura de hacer tu nombre
tronco bucal tu nombre dimensional de diccionarios desaparecidos en los
pupitres partidos esa tirria que la tiza de esta tierra enseña clavándonos
abajo la escritura como un mandato testarudo de creyentes abismales pero
Gregoria dónde estaba entonces tu lengua salida por el porche cuando rezaba la verbena
y doblaba la cruz de paja solitaria en la ventana para que arrinconados los
fantasmas las ausencias fuesen pudriéndose en la madera del comedor
generacional: Yoleida la española Franklin el peruano Alexis el chileno Carlos
Ignacio el bogotano Jesús o brasileiro a tientas se sientan sin verte renacer
en las fotos de antier sancochan las hojas milimétricamente cortan la pita
toman un palo los pelados corren se cascan se cuecen en la masa qué caspa qué
risa qué ramificadas se nos hacen las vocales los doctos modos de decir del
otro usted sabe tú sabes você sabe vosotros sabéis las maletas van abriéndose
con aceite con ampollas blancas con harinas preñadas de billetes imperiales que
la frontera lava en susurros mancos que traemos sin estar nem ouro nem prata
polisémica la gata echada en los pies de Helena los loros abren sus rejas y nos
cantan nos ven con sus rabos emplumados como lengua-bruma Gregoria olha el
gallo que le mete el pico a su tierra y saca la lombriz la menea la rapea en la
muérgana verba con ella se echa senda pea qué Gregoria qué agria está la mierda
a no sé quién también la preñaron y a muchachito lo mataron y allá sigue el
marrano y uno empieza a escribir por atrás como dicen las epidemias académicas
los seminarios nunca agrarios nunca fulías transliterales toscas las que se
hincan en este lenguajear ardido que perfuma la mesa el trigal hurgar
curucutear el curruchá de las puertas que eran cortinas el avión aterrizando en
las cantinas el churro el pastel en
la mano desnuda todo se arrejunta Gregoria en tu vientre matinal la líengua
macilenta naciendo en ti en la nación sin ão sin argots sem margens abuela
Gregoria mi ranchito mi analfabetismo peregrino entre los malandros de Santa
Elena Gregoria mi mañana sin símbolos Gregoria el guardia que el coñazo me dio
Gregoria la noche en Canaima varado Gregoria la traducción Gregoria las botas
agrietadas de mi vieja vagando por el centro de San Cristóbal por un verso de
pimentón por este son de bachilleres tragados en el remolino que Gregoria que a
la valletana a la paulistana a la andina a la globalizada ché de las pantallas
capitales del sigloveintinunca del século XXI me dará a razão se tudo não
explodir antes del sigloveintipartida do siglo ido pela trasandina.
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