miércoles, 30 de abril de 2025

MELCHOR LÓPEZ

 

 

 

Ante unos cuadros de Mark Rothko

 


Sí, usted fue, Mark Rothko,

el último dios vivo. Sí, el último

dios. O su enviado.

 

Sentado ante sus cuadros, conmovido,

oyendo ahora en esta sala

la música que suena, mueve

silenciosa las cuerdas, los colores,

las franjas paralelas

de su pintura,

con mi espíritu al fin

hallando su reposo, sosegándose,

ya aquietada mi carne

en su pobre materia,

vencidos los deseos,

las ansias doblegadas,

postrado como en una iglesia

levemente alumbrada

donde apenas se oyesen en el eco

algunos pasos, siento

que, si me concentrara,

si mi mirada se abriera, cerrándose,

ciega en sus ojos, hacia adentro,

lograría llegar

allá donde usted, Rothko, pintaba,

lograría pasar

sin dolor, casi sin esfuerzo, sí,

al otro lado.

 

De: “Según la luz”.

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario