miércoles, 30 de abril de 2025

DAVID HERNÁNDEZ SEVILLANO

 

 

 

La casa del artesano

 

 

Cuando el amor se fue lo que quedó fue esto:

un camino alfombrado con virutas

de abedul y una senda

cubierta con serrín de álamo negro;

dos gubias, el serrucho, la escofina

dispersos sobre el banco de trabajo

y tres cuadros torcidos

y unas sábanas rojas de franela

que ya no son la noche

y un espejo que da a ninguna parte.

 

Cuando el amor se fue lo que dejó fue esto:

un tarro con las brocas numeradas

y otro con las promesas por cumplir,

cien mentiras con guantes de boxeo

y un domingo sin dulces de domingo

y un enero sin nieve en el felpudo.

 

Cuando el amor se fue me confesó un secreto:

A nadie pertenezco, a ti tampoco.

Ninguno de mis nudos y mis vetas

ha llegado a ser tuyo.

Así cura también ella su olvido.

La vida es temporal y ser feliz

es sólo una cuestión de perspectiva.

  

 

De: “El arcón de los títeres”.

 

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