La
casa del artesano
Cuando
el amor se fue lo que quedó fue esto:
un
camino alfombrado con virutas
de
abedul y una senda
cubierta
con serrín de álamo negro;
dos
gubias, el serrucho, la escofina
dispersos
sobre el banco de trabajo
y
tres cuadros torcidos
y
unas sábanas rojas de franela
que
ya no son la noche
y un
espejo que da a ninguna parte.
Cuando
el amor se fue lo que dejó fue esto:
un
tarro con las brocas numeradas
y
otro con las promesas por cumplir,
cien
mentiras con guantes de boxeo
y un
domingo sin dulces de domingo
y un
enero sin nieve en el felpudo.
Cuando
el amor se fue me confesó un secreto:
A
nadie pertenezco, a ti tampoco.
Ninguno
de mis nudos y mis vetas
ha
llegado a ser tuyo.
Así cura
también ella su olvido.
La
vida es temporal y ser feliz
es
sólo una cuestión de perspectiva.
De:
“El arcón de los títeres”.
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