En
movimiento
El
día que nos saciamos, ese nunca es el más grande.
El día mejor es siempre un día de sed y de hambre.
Claro
que nuestro viaje tiene propósito y sentido,
pero lo que de verdad vale la pena es el camino.
La
mejor meta es la noche para poder descansar,
para encender el fuego y partir deprisa el pan.
En
sitios donde tan solo una vez descansamos
es segura la quietud y el sueño, lleno de cantos.
¡Adelante,
adelante! El nuevo día despunta.
Infinita es nuestra gran aventura.
De:
“Brotar duele”
Versión
de Carmen Montes.
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