El
silencio antes de Bach
(La
violonchelista junto a la ventana)
I
SAGRADO
tóxico es Bach.
Certero
elixir adictivo
que
aviva lo intenso.
Aroma.
Veneno crucial.
Igual
que la vida,
ansiada
liturgia.
Alta
Suite. Violonchelo
especial,
singular,
Luz,
fulgor, cordura envolvente.
II
Ebrio
mástil al viento,
en
el centro y la escena
enhebrando
mil hebras de luz.
Aire
son la chelista
y
sus ojos,
el
pelo alegría;
sus
dedos
cadencia,
artefacto, compás,
que
el sonido libera.
Hechura
del tacto,
su
tiemblo,
el
arco, su cuerpo y su pulso
al
azar, tan intenso.
III
Bach
sagrado en el tiempo.
Locura
más pura,
más
real.
En
las manos y al vuelo,
partitura
esencial,
sugerente
e intensa.
Bach
la clave, la cifra
inconclusa
y raigal,
lo
claro y singular,
que
aún vibra
en
lo audaz mostrando lo eterno.
(2007)
De:
“Trece escalones”
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