jueves, 18 de septiembre de 2025

SARAI CAVERO PACCO

 


 

10. Qué pena

 


Feliz, con cuatro cigarrillos salí,

el frío en las manos, pensándote.

El clima, maldito, me dio su permiso:

pensarte de nuevo, sin ningún juicio.

La plaza sin luz, el templo cerrado,

la cruz encendida, el paso callado.

A una cuadra más abajo, el destino:

muerto y oscuro, igual que el camino.

El hostal con la puerta entreabierta,

los cuartos sin vida, la calle desierta.

Otras parejas entraban riendo,

y yo, celosa, por dentro ardiendo.

Una anciana y una joven me vieron,

¿por el humo o el luto que no entendieron?

No lo sé, pero sus ojos se clavaron,

y mis pasos del recuerdo, regresaron.

Se agotaron los cigarrillos

esa fachada me hizo temblar.

¿Qué gratos recuerdos?, ¿qué travesura?,

una sonrisa venció la amargura.

Qué pena,

yo aquí, sin razón,

reviviéndote a trozos,

con tímpanos rotos

de tanto escucharte

adentro del pecho,

como si tu eco

fuera mi techo.

 

 

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