Una
calle en El Cairo
(Fragmento)
[…]
Una calle en El Cairo
abandonada, sin vehículos ni alma desde hace dos mil años,
donde los árboles y la gente se secaron
y el barro y los huesos se mezclaron
pero que sigue pareciéndose a un río,
como se parece la vida a la muerte.
El
hombre que vuelve en sus cortas vacaciones
es como una calle en El Cairo,
sobre la que la ventana de la desesperación se asoma
y bailan en ella las calamidades
sumergiendo sus pies en la sangre y en los cadáveres
que duermen en su corazón después de cumplir su papel
en los noticieros…
El
hombre que vuelve para unas cortas vacaciones
vierte el corazón y la vista
en la palma de la mano entre dos ciudades
dibujadas por los años
de arena y viento, y pregunta:
¿Cuántas desgracias bastan?
Versión
de Nadia Gamal Eddin
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