"Un poema si no es una pedrada -y en la sien- es un fiambre de palabras muertas" Ramón Irigoyen
Pavor
Asustada ella dejó en el anaquel la novelita.
No quiso saber qué ocurriría en el capítulo final, ni comprendió entendió la otra, realidad.
—Profusa fruición— repitió confusa.
— ¿Con tilde?
No dijo más.
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