Uno
La
oscuridad
rompe
en astillas su equilibrio;
un
parpadeo de la noche insomne
recorta
el tímido perfil del sauco
-torcido
esqueleto
resistiendo
la alquimia de la tinta-
Al
tacto de dioses vagabundos:
germina
el trueno;
tiemblan
la calma y los cristales
aborta
una maldición entre los labios.
De
nuevo a oscuras.
Silencio
agazapado
Fúnebre
murmullo…
De:
“Números Negros”
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