VI
Ninguna
otra cosa
Ninguna
otra cosa,
Ninguna
otra cosa que el corazón como signo.
La
ilusión de que deja lugar a otra ilusión.
Que
nada es grave y todo calmo
Entre
las flores blancas
Que
se abren ante nosotros.
Sus
semillas infatigables
Su
deriva.
De:
“Tardía calma”
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