sábado, 8 de noviembre de 2025

FREDY TATO MEJÍA

 

 

 

Poema para leer en voz baja

 

 

Se oyen ruidos,
como a tos de pan viejo.
Pon la mano en la pared:
hay cucarachas desnudas,
roncas como la tierra,
te buscan, me buscan.
Se oyen tambores como huracanes,
alguien tropieza en la mugre.
Es cierto,
pon la lengua sobre la lluvia:
afuera cierne una embestida de voces
invocan a las piedras, al fuego.
Te juro, se oyen ruidos:
un trepar de sombras sobre adoquines,
la hiedra late en la esquina del tedio.
Pon la frente sobre la pólvora:
las brasas redoblan la grasa del sol,
la cal arremete la memoria.
Aquí, donde estalla la humedad,
siente, se oyen ruidos,
oye cómo se baraja la angustia,
cómo caen los fémures de los ausentes,
cómo doblan el paso las bestias ciegas.
Siente, pon el ojo sobre la niebla:
dios orina sobre nosotros
y se ríe.
Siente, se ríe de nosotros.
Alguien lo observa desde la sima,
un ojo raspa el fondo de la vergüenza.
Pon tus dedos sobre la tierra,
siente, alguien llama:
traquetea las hierbas,
siente,
se oyen ruidos,
quizá patadas:
escarban la brisa,
se acercan al hielo,
crepitan de furia.
Se oyen ruidos,
se oyen ruidos.
La ciudad como un farol,
se acerca.
Pon los pies sobre la calle,
debajo,
más cerca del miedo,
se oyen ruidos
y nadie lo nota.
Pon la sangre sobre la clepsidra,
una cascada de mugre ladra.
Es cierto, se oyen ruidos:
un arañar de horas tras la cortina,
mete el brazo en la incógnita,
palpa el ruido;
el escarabajo del fracaso
reptará por la gangrena del futuro.
Se oyen ruidos,
tras la nuca,
siempre atrás.
Siente el sordo gotear del licor:
algo murmura en la almohada,
pon la mente en la trenza del sueño,
la escama del desamparo,
una plaga de anfibios
burbujea en la amnesia.
Acércate, se oyen ruidos.
Se desmoronan los teatros,
de rodillas se resquebraja
la torre de incertidumbres,
los astros se desploman
como mariposas en el invierno
en la marea se quebranta,
sobre las llanuras,
toda la materia crepita
colmada de moho.
Entre los escombros,
un rostro deplorado
toca la canción de la orfandad.
Se oye un ruido.
Pon el oído sobre la luz:
soy yo el que asoma
sobre el silencio.

 

 

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