lunes, 3 de junio de 2013

RENATO SALES HEREDIA






La mujer dejó sus ojos…



La mujer dejó sus ojos
preñados de amanecer en una esquina,
su risa,
sus silencios
los atravesó de trenes lentos,
merolicos partiéndose de sueños
y luces
que se tramaban en su pecho
para abrirse días
y empezar de nuevo.


De: Para que partan los pájaros
Traducción de Felipe Sentelhas

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