Soneto
del amor fantasma
En
Beatriz cantó Dante a la intocada.
Y
a su Laura Petrarca hasta la muerte.
¡Cuán
grande es el amor si se presiente,
y
los otros se esfuman en la nada!
Es
la imposible la mujer amada,
y
en Abelardo la dolida suerte.
¡Sólo
bastó a Boccaccio conocerte
para
hacerte, “Fiametta”, su encantada!
Toda
llama que arde se consume.
Nada
queda en el aire del perfume.
Y
poesía es alma de este infierno.
Y
es que no sabe el fiel rendido amante
si
es un fantasma la mujer distante
o
fantasma el amor cuando es eterno.
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