martes, 26 de noviembre de 2013

EILYN LOMBARD



  
Elena, como el mar



Elena sabe del mar
y de peces tan rojos como velas de un barco.
Elena tiene canciones, marineras
suaves para la playa en las mañanas,
lentas en el verano.

Sabe reírse con las olas,
pero asustan los peces su tristeza.
Y ella no comprende:
demasiada dulce soledad para la playa.

Se le escapa la arena
y ella sólo sonríe:
el mar no ha sido nunca sólo el mar.
Elena sabe de él,
—lo prueba todo, es suficiente—.
Pero el mar parpadea,
se abre y se cierra.
Y Elena no dice que lo sabe.

Peces rojos que duelen
porque el mar no es de agua,
sino de agua terrible.
Peces para conjurar los días
con los sueños de Elena.


Elena, el mar la lleva a ningún sitio,
pero la guarda siempre.
Irreal como el tiempo,
los peces y las velas.

Elena, como el mar.
Prefiere el mar.


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