martes, 12 de noviembre de 2013

GLEYVIS CORO




No eras tan malo



Eras nocivo como el líquido del veneno
/en el frasco ámbar,
claramente nocivo como el rótulo: veneno,
en letra capital de imprenta antigua.
Eras agudo como la punta de la espada
/de mango decimonónico.
Quemante como la letra encendida
/que se hundía en la piel
de la bestia rolliza de un colono bondadoso.
Tenías la gravedad del canto de la uña
que nos hiere, de soslayo,
cuando persigue otra cosa.
Eras letal a la usanza difunta,
a la manera noble que quizás anunciaba
que me ibas a morder en una zona
/un segundo.
Pero no eras ninguna de estas bocas
/modernas
que desgarran y se van.
Nunca una estridencia, jamás un insulto.
Eras dañino de un modo sosegado
/y romántico.
Y no eras peor que eso.


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