miércoles, 1 de enero de 2014

ALICIA CAMPOS CERVERA



Es una pena

Es una pena
que no podamos amarnos para siempre.

Tú no sabes por qué
yo porque no puedo.

Es una pena no ver a nuestros hijos juntos.
Es triste no engendrar entre los dos
otros hijos que llenarían mañana
aquellos huecos
que el silencio dejó vacíos en el tiempo.

Es una pena
que no podamos amarnos para siempre.

Pero hay cosas en ti
que agradeceré ya sin remedio:
tu ademán
como si siempre fuese el primero de la mañana;
tu cuerpo y tu corazón tan sanos,
la ternura de tus brazos seguros
tu amor por la vida
tus semillas que son hijos
en fin,
todo eso.

Crecerás aún,
todo lo tuyo irá creciendo
y en alguna parte
algo de ti seguirá germinando
hasta el final del tiempo.

Yo
estaré abonando la tierra
donde harán cantando una ronda
tus nietos.

Los hombres como tú
Son árboles besando siempre el viento.

De: En detalle

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