Es una pena
Es
una pena
que
no podamos amarnos para siempre.
Tú
no sabes por qué
yo
porque no puedo.
Es
una pena no ver a nuestros hijos juntos.
Es
triste no engendrar entre los dos
otros
hijos que llenarían mañana
aquellos
huecos
que
el silencio dejó vacíos en el tiempo.
Es
una pena
que
no podamos amarnos para siempre.
Pero
hay cosas en ti
que
agradeceré ya sin remedio:
tu
ademán
como
si siempre fuese el primero de la mañana;
tu
cuerpo y tu corazón tan sanos,
la
ternura de tus brazos seguros
tu
amor por la vida
tus
semillas que son hijos
en
fin,
todo
eso.
Crecerás
aún,
todo
lo tuyo irá creciendo
y
en alguna parte
algo
de ti seguirá germinando
hasta
el final del tiempo.
Yo
estaré
abonando la tierra
donde
harán cantando una ronda
tus
nietos.
Los
hombres como tú
Son
árboles besando siempre el viento.
De: En detalle
No hay comentarios:
Publicar un comentario