A
la poesía
Voy
hacia ti. Derribo los cerrojos
que guardan tu morada. Entreabro puertas
que dan a salas frías y desiertas
sólo encendidas por celajes rojos.
que guardan tu morada. Entreabro puertas
que dan a salas frías y desiertas
sólo encendidas por celajes rojos.
La
memoria me guía, de tus ojos
la luz de tus verdades encubiertas,
y tiemblan celosías casi muertas
cuando voy tras tu soplo y tus sonrojos.
la luz de tus verdades encubiertas,
y tiemblan celosías casi muertas
cuando voy tras tu soplo y tus sonrojos.
Dónde
estás, dónde estás, tú, la que ansío,
forma de mi desvelo y mi vacío
susurrando en mis últimas estancias.
forma de mi desvelo y mi vacío
susurrando en mis últimas estancias.
Dura
carne de amor en el espejo
donde vives dormida entre distancias
entregándome sólo tu reflejo.
donde vives dormida entre distancias
entregándome sólo tu reflejo.
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