domingo, 13 de abril de 2014

CÉSAR AUGUSTO ZAPATA




Reunión del cuerpo fragmentado

 

Pensar es ya decir .

Quien la carne habló primero en una hora
Supo hendir el abismo, Eco inaugurar.
Estuvo solo más que antes,
Frente a la cicatriz multiplicada.

Solo el primer hombre que nombró la soledad:
¡Levedad, profunda levedad!

Hundida la espada a fondo, mana el agua.
Después que habló el mortal
Todo lo que digo ya es escombros,
Deshechos sonando, engendros, aire.

Qué dios ebrio puso en el barro palabras como uñas
Para destruir lo que en su lugar era una cifra.
Soplar sobre el polvo que llamo ayer y se disipa.


Volver a empezar es una hermosa quimera. 

 

 

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