Perros
muertos
En
los cauces, predios y carreteras,
hinchados
de calor, con las tripas afuera
—allí
están.
Exhalan
un
hedor dulzón y pesado:
olor
a muerte.
Grandes
pequeños negros amarillos
color
blanco sucio
—allí
están.
Nadie
los llora.
Igual
que entre nosotros,
la
rueda del hambre y de la muerte
pasa
primero sobre los pobres.
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