Violencia
de la página desnuda
Una
de estas noches empujé la puerta de mi cuarto
y
cuál fue mi susto que allí me estaba esperando
/ya
tendida en la cama/
la
hijita adolescente del Sr. Mallarmé.
Ella entonces escondió
con
un brazo como ala
los pechos
y
con la otra mano, el vello del pubis
/ el más íntimo trigo /
e inmediatamente se volvió
para
darme la espalda / para quedar,
lector
mojigato,
esta
página
que te extiendo
en blanco.
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